El dragón y la abeja aventurera.
Había una vez una pequeña abeja llamada Ada. Ada siempre había sido una abeja muy aventurera, y siempre estaba buscando nuevas emociones. Un día, mientras volaba por el bosque, Ada se encontró con un enorme dragón que dormía profundamente en el suelo.
"La aventura siempre espera a aquellos valientes que se atreven a buscarla".
Ada, curiosa como era, decidió acercarse al dragón para verlo de cerca. Sin embargo, cuando se acercó demasiado, el dragón se despertó y la miró fijamente con sus ojos llameantes.
¿Quién eres tú? - preguntó el dragón con su voz profunda y grave.
Soy Ada, la abeja aventurera - respondió ella con valentía.
El dragón, sorprendido por la valentía de la pequeña abeja, decidió jugar con ella. Así que, le propuso un juego:Si logras hacerme reír, te dejaré volar libremente por el bosque durante todo el día. Pero si no lo logras, serás mi cena.
Ada aceptó el reto sin pensarlo dos veces, y comenzó a contarle chistes al dragón. Sin embargo, el dragón no parecía reírse con ninguno de sus chistes. Ada estaba a punto de rendirse cuando decidió contarle su último chiste:
¿Por qué los pájaros vuelan hacia el sur en invierno? - preguntó Ada.
No lo sé, ¿por qué? - respondió el dragón, un poco curioso.
Porque es demasiado lejos para caminar - dijo Ada, haciendo una pausa dramática antes de soltar una gran carcajada.
El dragón se rió tanto que comenzó a rodar por el suelo. Ada había ganado el juego, y el dragón, aunque un poco triste por perder, cumplió su promesa y la dejó volar libremente por el bosque durante todo el día.
"El valor y la valentía siempre son recompensados".
Y así, Ada aprendió una valiosa lección: que la valentía y la perseverancia siempre son recompensadas. Desde entonces, Ada siguió volando por el bosque, siempre buscando nuevas aventuras y emociones. Y el dragón, aunque ya no jugaba con ella, se convirtió en su amigo y siempre la protegía en sus viajes.
Espero que te haya gustado este cuento infantil. ¡Que tengas un bonito día!
HAY UN POEMA,
En lo alto del cielo, un dragón ardiente
buscaba comida para su vientre hambriento.
Entre las nubes vio a una abeja valiente,
que volaba lejos en un vuelo lento.
La abeja buscaba un néctar especial,
que sólo se hallaba en un reino lejano.
El dragón la vio y pensó en su menú usual,
y rápidamente voló hacia su mano.
Pero la abeja, veloz como un rayo,
se movió con gracia y agilidad.
Esquivó al dragón, que quedó desmayado,
y siguió volando con tenacidad.
El dragón despertó y, sorprendido,
miró a la abeja que se alejaba en el aire.
No pudo evitar sentirse vencido,
y en su corazón nació un gran pesar.
Desde ese día, el dragón cambió su destino,
y decidió dejar de ser un depredador.
Ahora vuela con la abeja en el mismo camino,
y juntos exploran el mundo con amor.
Así que, si alguna vez te encuentras en peligro,
no te rindas ante la adversidad.
Con coraje y astucia, podrás ser un héroe,
y cambiar tu destino en la realidad.
