La ratita viajera.
Había una vez una ratita muy curiosa y aventurera que siempre soñaba con viajar y conocer lugares nuevos. Un día decidió que no quería seguir esperando y decidió emprender su gran aventura.
La ratita preparó su pequeña mochila con todo lo necesario para el viaje y comenzó su camino. Pasó por campos verdes, ríos cristalinos y montañas nevadas. Todo era tan diferente a lo que había visto antes, y se sentía maravillada.
"Puedes descubrir más sobre una persona en una hora de juego que en un año de conversación"
Finalmente, llegó a un gran bosque donde conoció a otros animales. Ellos le mostraron su hogar y le enseñaron cosas nuevas, como cómo encontrar comida en el bosque y cómo construir una casa en un árbol.
"Un amigo en la necesidad es un amigo de verdad"
La ratita se hizo muy amiga de los animales del bosque, pero pronto llegó el momento de continuar su viaje. Agradeció a sus amigos y se despidió con lágrimas en los ojos.
"Nunca digas adiós, porque decir adiós significa irse, y partir significa dejar un poco de ti mismo atrás"
La ratita siguió su camino y descubrió más cosas interesantes. Conoció a otros animales, aprendió nuevos idiomas y probó comidas deliciosas. Aprendió tanto que se dio cuenta de que nunca dejaría de ser una viajera.
"No todos los que vagan están perdidos"
Finalmente, después de un largo viaje, la ratita regresó a casa. Se dio cuenta de que había cambiado mucho, pero que aún seguía siendo la misma ratita aventurera que siempre había sido.
"Un viaje es una aventura que te transforma de adentro hacia afuera"
Y así termina la historia de la ratita viajera, una pequeña aventurera que descubrió que el mundo es demasiado grande como para quedarse en un solo lugar.
Espero que te haya gustado este cuento infantil. ¡Que tengas un bonito día!
HAY UN POEMA,
La ratita viajera
con su mochila al hombro
salió a conocer el mundo
y su curiosidad era asombro.
Caminó por campos verdes,
cruzo ríos cristalinos,
ascendió montañas nevadas,
y vio paisajes divinos.
Conoció nuevos amigos,
animales del bosque bondadosos,
que le enseñaron muchas cosas,
y que eran amorosos.
Probó comidas deliciosas,
y habló nuevos idiomas,
su viaje fue una aventura,
y nunca se sintió sola.
Regresó a su hogar al fin,
con un corazón transformado,
sabía que su alma era viajera,
y que el mundo estaba a su lado.
La ratita viajera,
nunca dejó de explorar,
porque sabía que la vida,
era un viaje sin final.