La hada de las hojas doradas.
Una vez en un bosque muy antiguo, vivía una pequeña hada de las hojas doradas llamada Aurora. Ella era muy especial, ya que era la encargada de cuidar todas las hojas doradas que caían de los árboles durante el otoño.
Aurora se dedicaba a recolectar todas las hojas doradas y las colocaba en una cesta mágica que le había regalado la reina del bosque. La cesta era muy especial, ya que siempre mantenía las hojas doradas frescas y brillantes, incluso después de haber pasado mucho tiempo.
Un día, mientras recolectaba hojas doradas, Aurora se encontró con una familia de conejos muy tristes. Le preguntó qué les sucedía y ellos le explicaron que habían perdido su hogar debido a un gran incendio que había ocurrido en el bosque. Aurora sintió mucha tristeza por los conejos y decidió ayudarlos.
Aurora utilizó su magia para crear una nueva casa para los conejos, utilizando hojas doradas de su cesta mágica. Los conejos estaban muy agradecidos y le preguntaron cómo podían devolverle el favor. Aurora les dijo que no era necesario, ya que ella era feliz simplemente ayudando a los demás.
"La bondad es la mejor magia que puede tener un hada"
Aurora se sintió muy feliz y emocionada al leer la nota de la reina. Se dio cuenta de que su labor como hada de las hojas doradas no era solo recolectar hojas, sino también ayudar a aquellos que necesitaban su ayuda. Y así, Aurora continuó cuidando las hojas doradas y ayudando a los habitantes del bosque, recordando siempre que su magia no solo estaba en sus manos, sino también en su corazón.
Espero que te haya gustado este cuento infantil. ¡Que tengas un bonito día!
HAY UN POEMA,
En un bosque de ensueño y misterio,
donde el otoño cubría todo con su manto,
allí vivía un hada de las hojas doradas,
con su magia y su encanto.
Aurora era su nombre,
y su tarea era importante,
recolectar las hojas doradas
para que el bosque siempre estuviera radiante.
Pero un día encontró
a unos conejos muy tristes,
habían perdido su hogar
y el hada se conmovió enseguida.
Con su magia creó una casa nueva,
con hojas doradas y mucho amor,
los conejos estaban felices,
y Aurora se sintió mejor.
De vuelta en su hogar en el árbol más grande,
encontró una sorpresa de la reina,
una nota que le agradecía,
por su trabajo y su entrega genuina.
Aurora se dio cuenta entonces,
que su magia no solo estaba en sus manos,
sino en su corazón bondadoso,
que siempre ayudaba a los hermanos.
Así que siguió cuidando las hojas doradas,
y ayudando a los habitantes del bosque,
recordando siempre que su magia más poderosa,
era su bondad y su noble corazón valiente.