La niña que encontró un tesoro en el bosque.
"La verdadera riqueza está en las cosas simples de la vida"
Había una vez una niña llamada Ana, que vivía en una pequeña cabaña en el bosque junto a su abuela. Ana era muy curiosa y siempre salía a explorar el bosque en busca de aventuras. Un día, mientras caminaba por el bosque, Ana encontró un objeto brillante entre los arbustos. Era un cofre dorado con adornos de rubíes y esmeraldas.
"La curiosidad abre puertas donde antes sólo había paredes"
Ana abrió el cofre y se encontró con un montón de monedas de oro y joyas. Estaba sorprendida y no sabía qué hacer. Decidió llevar el cofre a su abuela para que la ayudara a decidir qué hacer con él.
"La sabiduría es la clave para el éxito"
La abuela de Ana le explicó que el cofre pertenecía a alguien y que debían intentar encontrar al dueño. Juntas decidieron buscar pistas en el bosque y preguntar a los vecinos. Después de varios días de búsqueda, descubrieron que el cofre pertenecía a un comerciante que había perdido su tesoro en el bosque mientras viajaba.
"La honestidad es la mejor política"
Ana y su abuela llevaron el cofre de regreso al comerciante y él estaba muy agradecido. Les ofreció una recompensa, pero Ana y su abuela rechazaron la oferta. Estaban felices de haber ayudado a alguien en necesidad y sabían que habían tomado la decisión correcta.
"La verdadera riqueza no es cuánto tienes, sino cuánto das"
Desde entonces, Ana aprendió que la verdadera riqueza no está en las cosas materiales, sino en el valor que se da a las cosas simples de la vida. Y siempre recordaría ese día en el bosque como un momento especial en su vida, un momento en el que había encontrado algo mucho más valioso que un cofre lleno de oro y joyas.
Espero que te haya gustado este cuento infantil. ¡Que tengas un bonito día!
HAY UN POEMA,
En el bosque, entre la hierba,
una niña curiosa encontró
un cofre dorado y precioso,
que en su interior, un tesoro guardó.
La niña con sorpresa lo abrió,
y encontró allí monedas y joyas,
sin saber qué hacer, a su abuela acudió
y juntas buscaron su dueño sin demora.
La abuela le enseñó que la honestidad
es el camino a la felicidad,
y buscaron al dueño con humildad.
Finalmente, lo encontraron,
y el tesoro entregaron,
sin pedir recompensa alguna,
solo la satisfacción de haber hecho lo correcto.
La niña aprendió una lección,
que la riqueza no es solo material,
que el valor de las cosas simples
es lo que da sentido al caminar.
Así, la niña y su abuela,
volvieron a su hogar en el bosque,
con la felicidad en sus corazones,
de saber que habían hecho lo correcto.
